El Salud ante esta situación ha aplazado operaciones previstas para liberar camas reservadas a las mismas, pero esas medidas siguen siendo "parches" para una situación que se está convirtiendo en crónica. En total, se postergaron una decena de intervenciones que requerían ingreso éste martes para operar al día siguiente.
Asimismo, el Servet también ha vuelto a recurrir a incrementar la derivación de pacientes a otros centros hospitalarios de la capital aragonesa (la cifra anual de derivaciones por este motivo es de 1.300 al año). Ambas medidas ya se llevaron a cabo en anteriores episodios de colapso, aunque la actual situación podría provocar que se mantuvieran durante más tiempo.
El martes a primera hora de la mañana, cerca de 30 pacientes permanecían en los pasillos de Urgencias y alguno de ellos acumulaba ya 117 horas esperando a ser ingresado en planta, aunque se ha reforzado con tres personas más la plantilla de enfermería, “los pacientes siguen hacinados”, aseguraron fuentes del personal de Urgencias del Miguel Servet que insisten en la “urgente necesidad” de la adopción de medidas para evitar esta saturación.
La Consejería de Sanidad vuelve a escudarse en un repunte de la gripe, mientras los trabajadores niegan que esa sea la causa asegurando que "no hay tanta gripe". Ya no se trata de buscar soluciones puntuales, hay que perfilar un proceso de atención sanitaria amplio y con recursos. Las discrepancias acerca del papel del virus en los colapsos se remontan a meses atrás, concretamente a finales del año pasado, cuando se produjeron las primeras saturaciones. El Salud las achacó entonces a la llegada del frío, aunque, posteriormente, el consejero, Ricardo Oliván, señaló a los excesos navideños entre las principales causas. Sin embargo, el portavoz del Ejecutivo, Roberto Bermúdez de Castro, le enmendó la plana y rechazo esa teoría.
Tras la realización del Plan de Ordenación de Recursos Humanos por el Consejero Ricardo Olivan, en convivencia con los sindicatos CSI-F, UGT y CCOO se impone la jubilación forzosa en el periodo 2013-2017 de al menos 2.368 profesionales. Debido a esta mala gestión de la Administración (y sindicatos amarillos) la sanidad pública aragonesa está sufriendo una pérdida de calidad y un incremento de la presión asistencial sobre los profesionales que repercute negativamente en la atención que se presta a los pacientes. Si incluimos la descoordinación entre Primaria y Especializada, tenemos dos grandes motivos que hacen que nuestra sanidad pública alcance el récord absoluto de urgencias en un solo día.
Fuentes: europa press / heraldodeoregon.wordpress.com / el periodico de Aragón
Fotografías: Marea Blanca / CNT