miércoles, 31 de mayo de 2017

Un fallo informático hace facturar a Ambuibérica 136.811 euros de más en sobrecostes

La Asociación de Ambulancias del País Vasco mantuvo el pasado 18 de mayo su acusación de estafa y falsedad contra el consejero delegado de Ambuibérica, Carlos Magdaleno Fernández, el director del grupo Jorge Pastor y los trabajadores Irene Lázaro y David Llanos. Como acusación popular, es la única que considera que la manipulación que se hizo del registro de los servicios de transporte sanitario prestados al Servicio Aragonés de Salud (Salud) en tres meses de 2012 fue un acto doloso cuyo único objetivo era facturar y cobrar 136.811 euros de más. Por eso, pide para ellos penas de entre 3 y 6 años de cárcel.

Pero ni el Gobierno de Aragón (que ya se retiró del procedimiento y desistió ejercer la acusación particular al ser resarcido con 178.000 euros) ni la Fiscalía y, por supuesto, la defensa de los acusados comparten su argumento y aceptan la explicación de que todo fue consecuencia de un error informático. Por lo tanto, piden su absolución.

Ese fallo del algoritmo informático fue, según los acusados, el que les llevó a introducir a mano datos de transporte de pacientes fallecidos cuatro años antes, por ejemplo, o a facturar servicios no prestados. Casualmente, el error se produjo en meses en los que se estaba a punto de saltar el tramo de viajes pactados y cobrar más.

Fueron dos trabajadores (que en 2012 eran socios de Ambuibérica a través de otra empresa) quienes contaron lo que ocurría al servicio de inspección de Salud, al descubrir que las telefonistas estaban metiendo datos a mano. Después, la Fiscalía recibió una denuncia anónima que se tradujo en una denuncia ante el juzgado.

Los dos directivos negaron los hechos, y dijeron que fueron ellos quienes comunicaron el error al Gobierno de Aragón y que no iban a poner en riesgo su negocio de millones de euros por esa cantidad. Mientras, la secretaria Irene Pastor y el jefe de tráfico David Llanos admitieron que insertaron esos servicios a mano para paliar los que los fallos del sistema habían eliminado.

Fuente: Heraldo de Aragón
Fotografía: www.elperiodicodearagon.com

martes, 23 de mayo de 2017

La farmacéutica Aspen quiso destruir medicamentos anti cáncer para subir los precios

Una filtración de correos electrónicos de trabajadores del gigante farmacéutico Aspen Pharmacare al diario británico The Times muestra que la empresa planeó destruir sus existencias almacenadas de fármacos anti cáncer para poder subir sus precios en Europa hasta un 4.000%. Esta propuesta fue considerada desde 2012, de acuerdo a la documentación a la que ha tenido acceso el diario británico.

En España, Aspen detuvo la oferta de cinco fármacos en mayo de 2014, dejando a los pacientes dependiendo de su compra en el extranjero. Los emails internos de la empresa de octubre de 2014 muestran cómo un trabajador de la oficina de Dublín, desde la que manejan todas las operaciones en Europa, preguntaba que qué hacían con las existencias de los medicamentos en España, dada la decisión de detener su venta unos meses atrás. Un ejecutivo senior le respondía que no se podían vender por la decisión de presionar a las autoridades y añadía que si el Ministerio de Sanidad español no aceptaba subir los precios, "la única opción será donar y destruir las existencias".


La compañía quiso aumentar los precios desde que adquirió los derechos de explotación de los fármacos a la empresa GlaxiSmithKline (GSK). Así, en Inglaterra y Gales los precios del Busulfan (usado por pacientes de leucemia) pasó de 6,13 a 76,95 euros en 2013, más de un 1.100%. El precio del chloirambucil, también usado contra la leucemia, creció de 9,86 a 47,79 euros el mismo año.

Aspen compró la gama de fármacos Cosmos de GSK en 2009. Su patente caducó pronto, pero al no tener competencia de otros fabricantes, continuaron operando en el mercado. Así, el incremento en Gran Bretaña fue posible por un vacío legal que permite a las empresas subir sus precios si se abandonan la marca, algo que utilizó Aspen en este caso. Las marcas están sujetas a un control de precios muy estricto, pero el Departamento (Ministerio) de Salud no limita el precio de genéricos sin marca.

En Italia, trataron de subir los precios en octubre de 2013 con la amenaza de dejar de ofrecer los medicamentos en este país. Pretendían un incremento del 2.100% en tres meses, algo a lo que las autoridades italianas finalmente accedieron. Pese a esto, durante algunos meses hubo falta de fármacos, lo que la autoridad de Competencia italiana achaca al plan para presionar a las autoridades.

Los emails filtrados también recogen evidencias de falta de fármacos Cosmos en otros países como Alemania, Grecia y Bélgica en el mismo periodo.

Pese a las evidencias recabadas por The Times, la empresa niega que la detención de la venta de los medicamentos fuese deliberada. Dennis Dencher, CEO de Aspen Pharma Europe, indicó al diario que la carencia de medicinas no había sido deliberada y que de hecho estaban invirtiendo en nuevas instalaciones de producción en Sudáfrica. En cuanto a los precios, declaró que su subida fue "a niveles apropiados para promover una oferta sostenible en el largo plazo a los pacientes".


Fuente: www.facua.org
Fotografía: yasalud.com

lunes, 15 de mayo de 2017

Un equipo de investigación de la Universidad de Zaragoza se propone combatir la ELA

Demostrar que un fármaco contra el cáncer podría arrojar un poco de luz a los pacientes que sufren la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), una enfermedad neurodegenerativa, devastadora e incurable, con una esperanza de vida entre 2 y 5 años, con 900 nuevos diagnósticos al año en España. Este es el objetivo de "A mojarse por la ELA: buscando su tratamiento", el primer proyecto de crowdfunding que la Universidad de Zaragoza lanzó a primeros de este mes de mayo en Precipita, la plataforma pública para promover la financiación colectiva de la ciencia, desarrollada por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (Fecyt). Hasta final de año, la Universidad de Zaragoza seguirá apostando por esta herramienta con distintos proyectos de divulgación e investigación.


Este proyecto, promovido por la investigadora Rosario Osta Pinzolas, profesora titular de Genética, del grupo Lagenbio de la Universidad de Zaragoza, busca conseguir un mínimo de 9.000 euros en un plazo de 90 días para poder avalar la eficacia en la ELA de un fármaco utilizado ya en el tratamiento contra el cáncer.

De hecho, este equipo de investigación ya ha demostrado que su aplicación incrementa la calidad de vida y longevidad en los modelos animales de ELA y ahora buscan su mecanismo de acción. "Este mecanismo podría estar relacionado con la neuroinflamación que, en la actualidad, se muestra como uno de los procesos etiopatogénicos que más influyen en la degeneración de esta enfermedad", explica R. Osta. "Si conseguimos descubrir el mecanismo de acción, las empresas farmacéuticas podrían interesarse en el paso a ensayo clínico".


Fuente: www.elperiodicodearagon.com
Fotografía: portal.alemana.cl

martes, 9 de mayo de 2017

El número de muertes prematuras de la clase trabajadora se ha disparado desde finales de los 90

Durante el pasado mes de abril se ha presentado "Mortality and morbidity in the 21st Century", una investigación que pone de manifiesto que el número de muertes entre hombres y mujeres de clase trabajadora se ha disparado desde finales de los 90. Aunque los profesores de Princeton Anne Case y Angus Deaton se centren en Estados Unidos, las razones por las que ha aumentado el número de muertes en la clase trabajadora bien puede aplicarse a otros países occidentales.

Es una terrible tormenta perfecta para todos aquellos que no tienen educación superior, señalan los autores. Estos consideran su nueva investigación como “una historia sobre el colapso de la clase trabajadora blanca, con formación secundaria, después de sus días de gloria de principios de los años 70, y la patología que acompaña ese declive”. Los autores aclaran que no se trata de una situación coyuntural, sino de una tendencia a largo plazo que muy probablemente irá a peor.

Dos son las principales razones por las que los trabajadores de mediana edad se encuentran en situación crítica, en comparación con otros grupos sociales que han mejorado: si en 1999 la tasa de muertes entre blancos era un 30% inferior que la de los negros, ahora se encuentra por encima. Por una parte, se han disparado las conocidas como “muertes por desesperación”, es decir, aquellas que tienen que ver con las drogas (con referencia explícita a la crisis de opioides), el alcohol y los suicidios.

Otra razón es la lógica ralentización en los tratamientos de las dos enfermedades que más muertes causan en la mediana edad: los problemas coronarios y el cáncer. Hasta finales de los 90, los avances en medicina y tratamiento permitieron reducir la incidencia de ambas enfermedades, pero el margen de mejora ha sido muy reducido en este tiempo mientras que el de prevención de dolencias que tienen más incidencia en otros grupos sociales ha sido más acelerado. En EEUU, casi 600.000 personas mueren al año de cáncer y unas 610.000 por problemas de corazón.


Sin trabajo, sin familia, sin amigos

¿Por qué se ha producido exactamente este aumento de “muertes por desesperación”, vinculadas íntimamente al consumo de alcohol y drogas? Los investigadores apuntan en declaraciones a 'The Washington Post' a una “desventaja acumulativa” en la que se mezcla lo personal, lo laboral y lo social. El paro aumenta, los sueldos bajan, las familias se desintegran y las redes de apoyo mutuo se esfuman.

“Antes podías conseguir un trabajo realmente bueno con el diploma del instituto”, explica Case. “Un empleo en el que te formaban en el propio puesto, que tenía beneficios asociados. Podías ascender”. La situación ha cambiado enormemente durante las últimas décadas, ya que las expectativas de mejora para la mayoría de los miembros de esta clase social se han reducido enormemente. “Tu vida familiar se ha venido abajo, ya no reconoces a tus hijos, todo aquello que pensabas que te iba a ocurrir cuando empezaste tu vida simplemente no ha pasado”.

¿La solución más sencilla? Refugiarse en el alcohol, las drogas, los medicamentos o la comida. En opinión de los autores, esta “ola de desesperación” está ligada con el aumento de la obesidad en Estados Unidos, que consideran un síntoma más del estrés generacional. Ya no se trata únicamente de un problema rural como hace unos años (el sudoeste americano fue una de las primeras víctimas), explican en 'Vox', sino que ha llegado a “todas las urbanizaciones residenciales de EEUU”. Tan solo el centro de las grandes ciudades presenta una tendencia opuesta.


“La generación que entró en el mercado laboral a partir de los años 70 tuvo peores expectativas laborales y de sueldo”, explica Deaton en una entrevista. “Eso afectó a sus perspectivas de matrimonio. Sus relaciones fracasaron. Tuvieron hijos fuera del matrimonio. Sus niveles de dolor aumentan”. La crisis del petróleo, que muchos han considerado un punto de inflexión en el mercado laboral occidental, es el evento divisorio, pero también nos ayuda a entender cómo posteriores crisis pueden dejar una marca indeleble casi medio siglo después.

“Nuestra tesis, que encaja con la mayoría de los datos, tiene la implicación profundamente negativa de que las políticas, incluso las que mejoran exitosamente los sueldos y los trabajos o redistribuyen la riqueza, necesitarán muchos años para revertir el incremento en mortalidad”, concluyen los autores. ¿Una amenaza adicional? Que a medida que pasen los años y esta generación se jubile, lo va a tener aún peor en una de las etapas más críticas en la vida del hombre, la tercera edad.

¿Nos podemos contagiar?

Es un buen aviso para otros países. En España, la crisis de 2008 ha afectado sensiblemente a aquellos que carecían de estudios superiores. Hace apenas tres años la tasa de actividad entre los jóvenes sin formación universitaria rondaba tan solo el 50%, mientras que el porcentaje entre los que disfrutaban de educación superior ascendía hasta el 81%.

¿Hacia dónde apuntan los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística? ¿Se puede producir un hipotético contagio de esta “epidemia” a nuestro país? En apariencia, podemos respirar tranquilos, ya que en 2015, respecto a 2014, el porcentaje de personas que acabaron con su propia vida descendió sensiblemente, un 7,9%. Sin embargo, es un efecto rebote en contra de la tendencia de los últimos años. La incidencia por habitante es superior en nuestro país respecto a EEUU y los suicidios se han disparado desde que la crisis estalló en 2007, hasta un 19%.

La tesis de los profesores de Princeton apunta, más bien, a la posibilidad de que estas heridas no se cierren en el largo plazo, y que conformen un drama transgeneracional. Como revela en 'The Washington Post' la profesora colombiana de la Universidad de California Adriana Lleras-Muney, las personas sin formación son particularmente pesimistas respecto a su futuro: “Hay un trasfondo de declive continuado”, explica. “Para los hispanos o los inmigrantes como yo, o incluso los negros, las circunstancias son malas, pero van a mejor”.

Es el futuro el que arroja una sobra ominosa sobre un presente ya gris. Los autores publicaron el pasado año en 'Pnas' otra investigación que se centraba en el espectacular aumento en las muertes de los varones blancos de entre 45 y 54 años. La mayoría de ellos, explicaban, carecían de estudios universitarios y no estaban casados. El profesor Frederik Deboer recordaba que “ya que han disfrutado tradicionalmente de una mayor riqueza y prestigio cultural que la gente de color, pueden sentir que el desempleo, la pobreza y las humillaciones que estas conllevan son más difíciles de digerir”. En otras palabras, la mayoría social comienza a experimentar en sus carnes los problemas que han amenazado a las minorías durante décadas, y no está preparada para ello.


Fuente: www.elconfidencial.com
Fotografía: CNT / www.traiteur-hayraud.fr

martes, 2 de mayo de 2017

10 personas demandan en Aragón por los daños sufridos al aplicarles un fármaco en el Hospital Miguel Servet

Diez personas han demandado al Departamento de Salud del Gobierno de Aragón para reclamarle sendas indemnizaciones por la pérdida de visión en sus ojos tras aplicarles un fármaco de perfluoroctano, que comercializa la farmacéutica alemana Ala Octa, al ser operados en el hospital Miguel Servet de Zaragoza.

Se trata de diez reclamaciones patrimoniales por deficiente asistencia sanitaria para cuya resolución el departamento espera un dictamen del Consejo Consultivo de Aragón, según indica el consejero, Sebastián Celaya, reclamaciones de aragoneses y aragonesas que se encuentran dentro de los 116 afectados/as a nivel estatal notificados a fecha 2 de agosto de 2016, donde nos hicimos eco de la noticia en nuestro blog.  En algunos casos, los técnicos del departamento están pendientes de valorar las alegaciones de los afectados.

El perfluoroctano, que también se utiliza como refrigerante industrial y para sintetizar tranquilizantes como las benzodiacepinas, comenzó a aplicarse a finales de los años 90 para fijar la retina al globo ocular cuando se producían desprendimientos.

La Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS) retiró el de Ala Octa el 26 de junio de 2015, tras ser detectadas las primeras alertas del país en el hospital Miguel Servet. En diciembre de ese año tomó la misma decisión con el que comercializaba la firma francesa Arcotane. Para entonces hacía dos años que lo había hecho el Gobierno chileno.

Cegueras, necrosis y atrofias

La Agencia Española del Medicamente confirmó que “algunos lotes” de ese producto, que se comercializa como producto sanitario pero no como fármaco, tenían efectos citotóxicos, es decir, nocivos para las células.

Los casos clínicos documentados incluyen “casos de pérdida total y absoluta de la visión” de manera inmediata a la intervención, necrosis de la retina y, también, atrofias del nervio óptico patentes en el mes siguiente a la operación. “Cualquier otra lesión y pérdida de agudeza visual no sería atribuible a este producto”, anota el consejero.

El lote utilizado en Zaragoza, identificado como PFO150414, había sido fabricado por la firma alemana Ala Medics GMBH, distribuido en España por WM Bloss y suministrado al hospital por Crivel. “Poseía certificado CE emitido por el Organismo Notificador de Alemania BSI Group Deutschland con número de identificación 0535, sin que existiese alerta sanitaria sobre el mismo” cuando fue aplicado en el Miguel Servet, añade Celaya.

Retirado del mercado

Según la Consejería, el perfluoroctano de Ala Octa fue utilizado en nueve de las diez operaciones que han originado las reclamaciones, realizadas entre agosto de 2014 y febrero de 2015, antes de que ese producto fuera “declarado tóxico y retirado del mercado”.

En una de ellas “se constató la pérdida visual transcurridos seis meses de la intervención, por lo que las lesiones sufridas no cabe imputarlas al referido producto”, mientras que en la décima “no queda acreditado” que se aplicara.

Salud sostiene, no obstante, que el fármaco “ha podido constituir un factor concausal influyente en el mal resultado visual de los pacientes, pero no es el factor único, dados los antecedentes, en varios de ellos, de proliferación vitreorretiniana, prendimientos de retina recurrentes o afectación macular”.


Fuente: www.eldiario.es / http://cnt-saludaragon.blogspot.com.es/
Fotografía: www.elnortedecastilla.es