sábado, 16 de enero de 2016

La Sanidad pública aragonesa se gasta más de 300.000 euros en "curas"

Tiene contratados a 17 SACERDOTES  a tiempo completo y a otros nueve a media jornada, la mayoría de ellos como servicios externos y con sueldos similares a los de los celadores y los licenciados en prácticas.


La Sanidad pública aragonesa gasta más de 300.000 euros anuales en pagar los servicios de asistencia espiritual que prestan en sus hospitales 26 sacerdotes. Los 17 contratados a jornada completa cobraron en 2014 un salario medio de 14.673 euros brutos, mientras que los nueve empleados a tiempo parcial recibieron 8.387, según la información facilitada por el Gobierno Autonómico de Aragón.

Esos servicios, cuyo coste salarial resulta equiparable al de los celadores (15.637 en su categoría más baja) y al de los licenciados en su primer año de formación (15.526, guardias aparte, en el caso de los enfermeros), le supusieron hace dos años a las arcas públicas una cuantía de 339.840 euros.

Los datos de la Consejería de Sanidad difieren, al alza, de los que recoge el Estatuto Marco del Personal Estatutario de los Servicios de Salud para el 2015: 13.086 euros brutos anuales (934 mensuales) en el caso de los capellanes a jornada completa y 6.622 (473 al mes) para los de dedicación parcial, que según la Plantilla Orgánica únicamente se recogen tres puestos de capellán en toda la red hospitalaria de la comunidad: dos en Barbastro, que no están cubiertos, y otro en Zaragoza. El resto, son contratados a través del capítulo II de los presupuestos; es decir, que no forman parte de la plantilla sino que formalmente serían servicios externos que contrata la sanidad pública.

La contratación de los capellanes de los centros hospitalarios públicos se remonta al convenio que firmaron en 1985 en Gobierno Central y la Conferencia Episcopal, y que desarrolla los Acuerdos Jurídicos de 1979 entre la Santa Sede y el Estado español.

Este adscribía a los curas (nombrados por el obispo del lugar) a la gerencia de los hospitales y que se obligaba a facilitarles “locales adecuados, tales como capilla, despacho y lugar para residir o en su caso pernoctar, y de los recursos necesarios” para prestar “el servicio de asistencia católica”.

Las administraciones podían optar entre adscribirlos a las plantillas o formalizar convenios con las diócesis, aunque debían respetar unos mínimos: un sacerdote a tiempo parcial hasta cien camas, uno con dedicación completa y otro incompleta entre cien y 250 plazas hospitalarias, dos y uno hasta las 500, tres con contrato completo entre esa cifra y 800 y “de tres a cinco capellanes a tiempo pleno” a partir de ese volumen.
Esos puestos de asistencia espiritual (14 a tiempo completo y siete de jornada parcial en Aragón) fueron transferidos junto con las plantillas de los hospitales a las comunidades autónomas. Después, entre 1998 y 2002, el Gobierno autonómico formalizó con tres obispados sendos convenios que ampliaban el acuerdo a otros seis centros, tres de ellos de salud mental.

Según recogen esos documentos, la diócesis de Teruel factura mensualmente los servicios de sus curas a la consejería, el de Zaragoza gestiona directamente el dinero que le llega vía transferencia y el de Huesca presenta un recibo.


Fuente: www.publico.es
Fotografías:
Estetoscopio-biblia: www.holadoctor.com
Fresco M. Ángel: http://medicablogs.diariomedico.com